lunes, 22 de noviembre de 2010

CONVERSACIONES CON MI DIARIO (2)

Querido diario:

Hoy, no sé por qué, me levante con la imagen de mi profe de lengua -sí, la que de pequeño me enseñó a escribír, y también a leer y en gran parte a hablar- en la cabeza.
Era, sobre todo, una de sus frases la que se repetía en mi memoria una y otra vez: "Herrando y errando se aprende el oficio."
Con esa cancioncilla pretendía enseñarnos que unas palabras llevan "h" y otras que suenan igual pueden no llevarla. Pero la mágica frase se archivó en mi memoria y pasados treinta años todavía me recuerda que de los errores se aprende. Como luego alguien afirmó: Para aprender... perder.

Es absolutamente cierto que los triunfos acunan pero los errores enseñan.
Pese a ello temo que son demasiados los que se quedan hundidos en el foso de un error y tiran la toallla, perdiéndose de esa manera las enormes lecciones que los fracasos contienen.

Y así he pasado el día, recordando a aquella mujer, buena como la que más, pero parlanchina en grado sumo.

Sí, porque hablaba y hablaba... pero además transmitía y transmitía... hoy la recuerdo como a una de las pocas personas que no  sólo me informó, sino que además me formó.

Fue una buena maestra.

Pero hablando de buenos maestros...

¿SABES QUE TU ÚLTIMO ERROR ES TU MEJOR MAESTRO?

Por hoy es suficiente querido diario, el sueño me puede... buenas noches; mañana nos vemos... si Dios quiere.

José Luis Navajo

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