Un sabio griego hacía exploraciones por la tierra. Se sentía satisfecho y orgulloso de sus conocimientos de filosofía y ciencia.
En una ocasión tuvo que pasar un río y subió a una barca. El viejo barquero movía acompasadamente los remos y miraba distraído las aguas. Entonces el sabio le preguntó:
- ¿Sabes astronomía?
- No, señor.
- Pues has perdido la cuarta parte de tu vida. ¿Sabes filosofía?
- No, señor.
- Pues has perdido otra cuarta parte de tu vida. Sabrás, al menos, historia antigua de este mundo… ¿verdad?
- No, señor.
- Pues has perdido otra cuarta parte de tu vida.
En ese momento, un golpe de viento zarandeó bruscamente la barca, la cuál no resistió el embate y se volcó. Los dos cayeron al agua y el barquero nadó ágilmente hacia la orilla.
Una vez fuera observó al sabio braceando con desesperación en el agua. El río bajaba muy crecido y la corriente era fuerte.
- ¿Sabe usted nadar, amigo sabio?
- ¡No! –gritó desesperado- ¡No sé nadar!
- Pues ha perdido usted toda su vida…
Me gustó mucho lo del sabio griego,me gustó tanto que también lo publique en mi bloc rama-teo.Saludos
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