sábado, 20 de agosto de 2011

PONERSE A DISPOSICIÓN O PONERSE DE EXPOSICIÓN


Toda iniciativa desplegada desde la soberbia mata en vez de dar vida. Primero al que ministra y con frecuencia a los ministrados.
Pocas cosas ejercen tanta influencia como la humildad instaurada en el altar. Provoca una poderosa repercusión en cielo y tierra.
¡Qué tremenda diferencia existe entre amar la altura y codiciar altas posiciones!
¿Por qué arriesgarnos insensatamente a perdernos en la negrura infinita que hay detrás del azul de un cielo de verano? ¿Por qué sacrificarlo todo con tal de subir a ese lugar donde el azul se desvanece?
En toda organización -y no es distinto en la iglesia- hay más departamentos invisibles que visibles.
Los engranajes más delicados y decisivos suelen estar en el área menos expuesta a las miradas, como también las personas que los hacen funcionar. Los hilos más  relevantes se tejen en el anonimato, por eso hay pocos tejedores. El escaparate de la iglesia es mucho más demandado; es más fácil servir bajo el calor de los focos.
No hay mejor “detector de genuinos siervos” que el área de lo invisible. Allí se demuestra si uno “quiere ponerse a disposición”, o “anhela ponerse de exposición”.
El verdadero instrumento de Dios admite una posición para servir; el ególatra reclama una exposición de su servicio.
No precipites tu promoción. No hay atajos para el que sirve a Dios. No te comas la fruta verde ni saques a la mariposa de la crisálida hasta que esté formada.
Hay personas que son imanes. Tienen el don de irradiar y contagiar una atracción especial sobre quienes les rodean. Su sencillez les embellece y su interés hacia los demás les hace interesantes.
La sencillez y humildad que se manifiestan en la proximidad multiplica la admiración. El creerse superior larva y fermenta la repulsión. Los que así entienden el éxito son los efímeros nuevos ídolos con pies y, por supuesto, cerebro de barro.
La superioridad despliega su poder cuando es reconocida sin ninguna imposición, tan sólo por el atractivo que emana. La que se trata de imponer desde el orgullo y la distancia es el repelente de la relación humana, ¿sabes lo que consiguen los repelentes?
La humildad es un envoltorio atractivo y sugerente, el orgullo es rasposo y distante.
Comienza a servir en lo poco y deja que Dios te guíe a la altura que te corresponda. 

sábado, 23 de julio de 2011

UNA GENERACIÓN DE JÓVENES QUE MARCARÁ LA DIFERENCIA

      Acabo de regresar de un lugar peculiar; de esos que te dejan reflexivo y totalmente motivado.
      Vengo de un recinto donde se cobijaban centenares de jóvenes que bajo el lema "SÍ, JUNTOS", eran alistados para salir a cumplir una misión...UNA ALTÍSIMA MISIÓN: afectar positivamente a la sociedad en la que viven; provocar cambios en su entorno. MARCAR UNA CLARA DIFERENCIA.
    Dicho así puede sonar a misión inalcanzable o a utopía propia de visionarios, pero si hubieras estado entre ellos; si hubieras tenido la oportunidad de vivir y sentir lo que yo he vivido y he sentido, pensarías que la misión no sólo es realista, sino absolutamente realizable.

   Acabo de regresar del Congreso Nacional De Jóvenes de FADE y después de compartir con ellos, hablarles, escucharles... Me afirmo aún más en la idea de que HAY FUTURO PORQUE HAY PRESENTE..
   Hay una generación de jóvenes trascendentes, pero relevantes. Apoyados en el cielo, pero pisando la tierra, y provocando cambios en ella.
    Una generación de jóvenes llamada y sellada para esta hora... precisamente para esta.

     Hay un ejército de jóvenes que salen a cumplir una labor: afectar su entorno y bendecir a esta nación.

Lo sé, porque estuve entre ellos, y si antes tenía expectativa, ésta ha salido renovada... multiplicada. Ahora creo de manera ferviente e inequívoca..

Seguid adelante, jóvenes.
   Creemos en vosotros.
               Dios cree en vosotros...  Y EL MUNDO OS ESTÁ ESPERANDO.

miércoles, 29 de junio de 2011

RÍE CUANTO PUEDAS

Aprende a reír todos los días porque la risa tiene propiedades curativas y es un don del cielo.
         Ignoro quien acuñó la siguiente frase: “No te tomes tan en serio la vida; al fin y al cabo ninguno saldrá vivo de ella,” pero sin duda fue alguien sensato.
Temo que un ardiente  viento de solemnidad, preocupación y ansiedad recorre las iglesias. Ese soplo ardiente está dejando a su paso una generación de líderes apesadumbrados que no  reflejan el gozo de la salvación.  
Arnold Glasgow declaró una gran verdad al decir: La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios.
Ríe cuanto puedas.
A esto te ayudará el mantener un adecuado equilibrio entre trabajo y descanso.
Cuida tu salud y práctica algún deporte. El servicio a Dios conlleva un gran desgaste mental y emocional que se verá aliviado con dosis regulares de actividad que te canse físicamente.
Dedicar parte de tu tiempo a cosas que te diviertan te protegerá de una sobrecarga de estrés.
Camina, corre, juega y ríe.
Un ocupado ejecutivo acudió a su médico cuando se sintió morir a causa de la ansiedad.
-          Recéteme algo –suplicó-, algún medicamento potente que me de serenidad.
El doctor se inclinó y escribió sobre un papel.
-          Esta es mi receta –le dijo, entregándole el escrito.
El paciente leyó: Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.
Seguro que conoces las siguientes palabras de Pablo Neruda: “El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.”
¿Quién nos ha engañado para que asumamos que servir a Dios implica tener siempre la cabeza saturada de proyectos místicos y planes religiosos?
¿Quién nos inoculó el error de que el siervo de Dios ha de llevar la preocupación cincelada en el rostro?
¿Quién convirtió en aparente verdad la mentira de que espiritualidad es sinónimo de constante seriedad?
¿Quién ha robado la alegría, la risa y el juego de la casa del siervo de Dios?
Dios ha tejido la vida con hilo de gozo y nos ofrece un catálogo inagotable de oportunidades de gozar.
Cuando el mundo te presente mil razones para llorar, demuéstrale que hay mil y una para reír.

martes, 7 de junio de 2011

¡¡UNA CRUZ EN EL DESIERTO PUBLICADO EN INGLÉS!!

Hace un par de meses publiqué con la Editorial GRUPO NELSON el libro titulado UNA CRUZ EN EL DESIERTO (Lunes Con Mi Viejo Pastor) Hace poco he recibido la tremenda noticia de que otra editorial norteamericana ha adquirido los derechos para la publicación de ese libro en el idioma inglés.
Esto es para mi una tremenda noticia por la que siento inmensa alegría.
No se trata solamente de saber que ese trabajo literario tendrá una enorme proyección y difusión; se trata de algo más que eso. la certeza de que ese libro, surgido en medio de un duro proceso, aportará consuelo, serenidad y bendición a muchas personas que lo están necesitando.
Las páginas que te dispones a leer no fueron escritas de un tirón, sino que surgieron a lo largo de un proceso que me condujo por momentos muy distintos. Alguno de ellos francamente duro.
Es probable que en alguna de esas etapas tú te veas reflejado.
En ocasiones logré empapar la pluma en el corazón de Dios, pero en otras, la tinta fue sangre que brotó de mis heridas.
Algunas líneas fueron redactadas a la luz del arco iris y otras nacieron al fragor de incómodos pensamientos.

Así arranca ese libro para luego relatar la cruda experiencia de un joven pastor que, a punto de abandonar el ministerio, decide ir a ver a "su viejo pastor". Allí bebe de la sabiduría del veterano siervo y, lunes a lunes, experimenta una restauración maravillosa y vuelve a volar en las alturas que nunca debió abandonar.
En la corta vida de este libro ya he recibido decenas de cartas y comentarios que me hablan de como este mensaje está confortando y afirmando a siervos y siervas que aman a Dios, pero que se han cansado en el camino.
Sea para Dios toda la gloria y para nosotros la preciosa sombra de la Cruz, que nos ofrece refrigerio y fortaleza en cualquiera de nuestros desiertos.

miércoles, 1 de junio de 2011

CUANDO EL ÉXITO EMBORRACHA

Eres enormemente valioso, pero debes mantenerte humilde. La vida te concederá grandes triunfos. Recuerda, entonces, que el éxito tiene un alto componente etílico. Vigila que no te emborrache.
Hay personas que gastan sus fuerzas en el estúpido empeño de ser conocidos, y a ser posible reconocidos… ¡Qué insensatez! Jamás he entendido ese empeño por exhibir habilidades y valores. ¿A quién pretendemos impresionar? ¿Dejaremos a Dios boquiabierto con nuestras capacidades? Cuando Él elige a una persona, esta no tiene que esforzarse por reivindicar sus talentos; ya se ocupa Dios de ello.
He conocido a suficientes personas infectadas por el “virus del éxito” como para saber que los vapores del triunfo actúan como el alcohol: tienden a subirse a nuestro cerebro y aturdirlo. Nublan nuestra visión y nos vuelven torpes, por eso Dios permite los tropiezos y no evita que cometamos errores, porque la debilidad resultante puede tornarse en nuestra verdadera fortaleza.
Hay algo más difícil que sobreponerse a los fracasos… Algo más difícil que sobreponerse al fracaso es sobreponerse al éxito.
El gran enemigo de tus triunfos de mañana, son tus triunfos de hoy. Está sobradamente demostrado que por cada cien personas que soportan la adversidad, sólo una tolera la prosperidad…. Y no me refiero únicamente a la económica. Las medallas, incluso las obtenidas legítimamente, pueden pesar tanto sobre el pecho que llegan a convertirse en un lastre. Los galones, incluso los alcanzados en justas conquistas, pueden abatir nuestros hombros clavándonos en el suelo.
Sobreponte a los fracasos, pero no dejes que los triunfos te venzan. En ocasiones la victoria puede radicar en una huida y el verdadero poder en sentirse débil.

martes, 17 de mayo de 2011

“TENER QUE DECIR ALGO” O “TENER ALGO QUE DECIR”

“TENER QUE DECIR ALGO” O “TENER ALGO QUE DECIR”
¿Por qué son tan pocos los lugares, incluso las iglesias, donde se enseña la auténtica Palabra de Dios?
Puede haber mensajes más populares, pero ninguno más poderoso.
No te enfoques en lo que asombra, sino en lo que transforma: el sencillo  pero poderoso mensaje de la Palabra de Dios.
Para predicarla debes leerla y para leerla tienes que amarla.
Nútrete de la jalea real divina, de otro modo te secarás. Podrás seguir dando consejos mientras tu cerebro funcione, pero éstos carecerán de la frescura del cielo. Hablarás como quien tiene que decir algo, y no como quien tiene algo que decir.
Pero aún el mejor alimento hay que saber administrarlo. Por eso predica la Biblia, pero hazlo con gracia.
No llenes el tiempo de palabras sin llenar antes las palabras de vida.
La Biblia es un libro apasionante y debe ser predicado con pasión. Es posible que el oro más fino parezca bisutería barata por la forma en que lo presentamos.
Que tu mensaje sea profundo pero accesible. Huye de la superficialidad, pero no escribas tus sentencias en las nubes, donde nadie pueda alcanzarlas.
Una frase cargada de sentido alimenta más que un discurso cargado de palabras.
El verdadero predicador, aquel que tiene algo qué decir y talento para expresarlo, alimentará corazones  adultos y dejará satisfechos también a los niños. Doctores en divinidad tocados con la gracia de la sencillez.
No busques impresionar, sino alimentar. No hace falta gran retórica para hacer un gran mensaje. Y no olvides nunca que un mensaje grande no es lo mismo que un gran mensaje.
Tuvo razón quien dijo que hay que callarse antes de haberlo dicho todo. En palabras de Winston Churchill: una buena conversación no debe agotar el tema, y mucho menos a los interlocutores.
Y el volumen de tu voz. No confundas unción con transpiración ni grito con autoridad. Hay susurros tan poderosos que despiertan a los dormidos y ponen en pie hasta a los muertos; hay gritos tan estridentes que apagan la voz de Dios.
No regañes a la iglesia. Amándoles recuérdales cuanto les ama Dios. Alimentándoles convénceles de cómo Dios les cuida.

domingo, 8 de mayo de 2011

EINSTEIN Y LA CRISIS

No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye  a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafío, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Albert Einstein.

jueves, 28 de abril de 2011

TESOROS EN LA OSCURIDAD

Cerrar el corazón y endurecernos en los días de dolor es una actitud equiparable a la del niño inmaduro que reniega de las lluvias que se vierten sobre el campo, solo porque estas le impiden salir a jugar, ignorante de que a ellas debe las jugosas frutas y verduras que le proporcionan alimento. Sería imposible la subsistencia sin una aternancia del sol y la llluvia. También en los campos del alma precisamenos luces y sombras; inviernos y primaveras. Cerrar el corazón al dolor es cerrar el corazón a la vida.
Bien poco enseñó la vida a quien no le enseñó a soportar el dolor.
Todo es útil, quizá hasta el gozo, quizá hasta la vida regalada, quizá hasta la ausencia de contradicciones; pero sobre todo el dolor. El sufrimiento  en sí mismo es torpe y feo y humillante como una mala digestión; pero al convertirlo en tu aliado descubres que es un trampolín que te lanza a nuevas conquistas y una escalera para alzarte a cumbres gloriosas.
Asumir el dolor es rentabilizarlo; es convertir en agua de riego la más terrible tempestad.
Las flores del valle de la aflicción que se abren a la humedad de las lágrimas propias, serán pañuelos que enjugarán las ajenas: los pasos tímidos e inseguros, dados en el corazón de la noche, alumbrarán como lámparas incandescentes, desterrarán sombras, inaugurarán días y abrirán la puerta a exuberantes primaveras. (El Cincel De Dios. José Luis Navajo)

viernes, 22 de abril de 2011

¿ACTIVO O EFECTIVO?

O amamos a Aquel a quien servimos o nuestro servicio se convertirá sólo en trabajo.
         El principio de todo es Dios y para servirle tendrás que conocerle, y conociéndole te será imposible no amarle.
La verdadera pregunta no es ¿En qué sirves?, sino ¿A quien sirves? 
No es lo mismo servir al Señor que trabajar en la iglesia… ni siquiera es parecido.  
No trabajes para la iglesia de Dios, trabaja con el Dios de la iglesia. 
Algunos encuentran su identidad en lo que hacen y no en lo que son.
Cuando dejan de hacer, dejan de ser.
Perdiendo su puesto pierden su identidad.
Tú no perteneces a ese grupo: no vales por lo que haces sino por lo que eres.
Podrán relegarte y hasta degradarte. Afectará a tu posición pero no a tu gran posesión: lo que tú eres. Mantendrás íntegro tu valor, pues está en ti, y eso no puede arrebatártelo nadie… ni siquiera la muerte.
Y nuestra identidad se completa al mirarnos en el espejo de la presencia de Dios. Todo comienza en Él.
No trabajes para la iglesia de Dios, hazlo con el Dios de la iglesia. 
De esa intimidad brota un estimulo extraordinario que convierte al siervo activo en instrumento efectivo.

viernes, 8 de abril de 2011

¡¡GRACIAS, SEÑOR, POR MIS AMIGOS!!

Hoy celebré mi cumpleaños. La noticia en sí no encerraría demasiado dramatismo de no venir asociada a una cifra contundente: Cuarenta y siete.

Sí, damas y caballeros, ni uno menos, ni -gracias a Dios- uno más.

Es difícil colocar tantas velas sobre un pastel, y lo es también encajar tantos años sobre una espalda.
En esa lucha estaba: envidiando a los bebés que jugaban en el parque y añorando la época de mi "temible adolescencia" cuando el ordenador inició un goteo incesante de "ding dong" que anunciaba la llegada de mensajes.
Cada felicitación, sencilla o elaborada; cada declaración de buenos deseos, de sueños cumplidos, de bendiciones para el nuevo año... En fin, cada palabra, supuso un delicioso bálsamo que restaba peso a los años y añadía consistencia a la oportunidad que Dios me brinda al comenzar un nuevo año.

Queridos amigos, gracias por haceros cercanos en un día tan especial.
Querido Dios, gracias por acercarme tu presencia en este paraiso de amistad.

Ahora caigo, Señor, en que todavía no te he pedido un regalo. ¿Puedo hacerlo ahora?

Toma nota, te lo ruego, ésta es mi petición:
Un océano de paz para cuántos están debatiéndose en la lucha.
Una catarata de alegría sobre quienes el peso de la aflicción.
Un millón de abrazos para aquel que sienta el frio de la soledad.
Y un refrescante oasís para cualquiera que tenga sus pies enterrados en la ardiente arena de la adversidad.

Y de paso, Señor, que parte de la alegría que yo siento pueda descender como lluvia refrescante sobre los paises y naciones sacudidos por desastres naturales, guerras fraticidas y holocaustos nucleares. Que vengas Tú como lluvia de amor, apagando los absurdos fuegos encendidos por el odio y el rencor.

Sé que te pido mucho, Señor, pero, al fin y al cabo Tú eres Dios, ¡y hoy es mi cumple!

Gracias, querido Dios, por darme tan grandes amigos.
Gracias, queridos amigos, por compartir la fe en un gran Dios.

8/4/2011 "Ya no me resulta una fecha tan terrible". :-)

lunes, 4 de abril de 2011

¿SER BUEN ORADOR SIN SER UN BUEN ORANTE?

Minutos con Dios hacen rentable el día. Horas con Él convierten en triunfante la vida.
Una de las herramientas de quien sirve a Dios es la palabra. También ésta se afila en la oración.
Recuerda que no hablas ante personas, sino a las personas. Para hablarles a ellos, debes hablarle antes a Él.  
Visitando el corazón de Dios encontrarás la ruta al corazón del hombre… Si eres afectado por Él tu servicio afectará a aquellos a quienes sirves.
No puedes ser buen orador sin antes ser un buen orante.
En cierta ocasión traté de extraer la sabiduría y experiencia de un pastor veterano. Para ello le planteé la siguiente pregunta: “Mirando atrás, en su vida y ministerio, ¿qué tres cosas cambiaría si pudiera comenzar de nuevo?”
Respondió con inmediatez y extraordinaria firmeza: “Pasaría más tiempo con Jesús. Pasaría más tiempo con mi esposa. Pasaría más tiempo con mis hijos.”
Muchas iglesias padecen de un exceso de programación y un gran déficit de unción.
¿La causa? Montañas de proyección y migajas de oración.
Acumular actividad olvidando la intimidad es el atajo al fracaso. No hay vida más vacía que la que está llena de movimiento desde la mañana hasta la noche; y lo mismo puede aplicarse a una iglesia. Que nunca la programación asfixie a la adoración.
Una iglesia nunca será más grande que su altar, ni llegará más alto que éste.

jueves, 24 de marzo de 2011

EL FARO

¿Qué me recuerda un faro?
Que la verdadera luz viene de arriba, las verdaderas lámparas, las que nos alumbran el camino correcto, se encienden desde el cielo .
En momentos críticos, cuando la fuerza se agota y todas las luces humanas parecen apagarse, aparecen las estrellas que nos muestran el camino ¡SIEMPRE HAY UNA LUZ QUE SE ENCIENDE EN EL MOMENTO PRECISO!
Nunca faltará un rayo de luz.
Las verdaderas luces son gobernadas desde arriba.
Hoy es tiempo de comenzar un nuevo proyecto de vida. Mirad alto, soñad alto y anhelad lo mejor, porque en la vida sólo alcanzamos lo que anhelamos con todo el corazón.
Sólo vosotros establecéis la altura de vuestro techo. Pero no olvidéis nunca que la fuerza y la verdadera luz vienen de arriba, y cuando esa lámpara se enciende es tan sublime  que eclipsa a cualquier resplandor de aquí abajo.
¡Es tiempo de tomar decisiones!
No importa lo que se haya vivido, ni importa los errores cometidos.
No importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, ni tampoco la edad. Siempre estamos a tiempo de descubrir que tenemos talentos únicos y valores extraordinarios. Siempre estamos a tiempo de sacudir nuestras alas para librarnos del cieno de la mediocridad y volar alto!
Valoraos lo suficiente como para abandonar la ruta segura si no os produce felicidad.
No temáis la senda estrecha. Lanzaos a la búsqueda de nuevos cielos de oportunidades y ¡Dios os acompañará y os dirá qué camino tomar!.

lunes, 21 de marzo de 2011

MIMADO POR DIOS ENTRE BISTURÍES

Una vez concluida la operación, el suero se introducía lentamente en mis venas mientras, gota a gota, mi alma destilaba pensamientos que querían florecer, pues algo peculiar había ocurrido en el quirófano:
         En los momentos preliminares a la intervención escogí recitar el Salmo 23. (Cuando a uno le van a remover en lo íntimo precisa un poderoso motivo de meditación para conservar la calma). No logré superar el versículo primero, la anestesia obró de forma fulminante cuando apenas finalizaba la frase “en lugares de delicados pastos me hará descansar”. A partir de ese momento comenzó el milagro. Tan sólo la áspera cáscara del cuerpo se encontraba en aquella sala de operaciones. Yo estuve en   delicados pastos, en praderas difíciles de describir por su insondable pureza y la mezcla de colorido. Una dulce brisa me envolvía y puedo asegurar que yo no caminaba sino que era transportado con inefable dulzura.
         Cuando percibí ligeros toques en mis mejillas y una voz que me animaba a despertar, mis ojos estaban desbordados por lágrimas. Las enfermeras me interrogaban sobre el motivo de aquel llanto.
         ¿Cómo explicarles que yo había regresado de un lugar y condición de paz perfecta donde la ausencia de aflicción era absoluta? ¿Cómo decirles que mi alma anhelaba el retorno a aquellos dulces parajes?.  No era fácil narrar que sobre aquella mesa de trabajo Dios me había mostrado que un cuerpo impedido no es obstáculo para retozar por bellos campos con alfombras de terciopelo. Que la enfermedad puede hacer de nosotros su blanco pero no su presa, porque ante piernas imposibilitadas Él nos proporciona alas. Él sustituye la vasta sábana verde de un quirófano por campiñas del mismo color, pero de delicada textura.
         Con el Espíritu Santo el dolor no es una lóbrega prisión, sino un corredor que nos conduce al deleite, la noche no es densa oscuridad sino la gestación de un nuevo día, así como la batalla es la fragua para una gloriosa victoria. (Mi Mayor Legado. José Luis Navajo)

martes, 15 de marzo de 2011

NO DEJES QUE TUS TRIUNFOS TE APLASTEN

¿Logros? Haz con ellos como con el chicle, tras saborearlos tíralos de ti. De lo contrario te impedirán enfocarte en lo que sigue. Sobreponte a los errores, pero no dejes que tus triunfos te aplasten.
Inmediatamente después de su altivez, lo que salta a la vista en los soberbios es su soledad. La fachada del orgulloso es tal que uno no llega apenas ni al umbral; se queda ante ella perplejo y deslumbrado. Cuando uno entra –si entra- se encuentra solo; no hay nadie allí. Lo mejor es salir de nuevo e ir en busca de un humilde; no habrá allí soledad. Esas casas suelen estar abarrotadas de  vida y alegría.
Créeme, vi a  intrépidos guerreros destruyendo a feroces enemigos para morir luego aplastados por su propia victoria.
Empresas que tuvieron un triunfo y quisieron luego crecer rápidamente. Personajes que a raíz de un éxito se creyeron hiper-exitosos y desafiaron al poder establecido, parias mentales que se atribuyeron todos los méritos y despreciaron la fuerza y el esfuerzo de sus colaboradores. La lista es infinita, pero siempre tiene un denominador común: la soberbia. Cuando se da esa condición, de forma inevitable lo que había sido una ascensión inicia su rumbo hacia el nublado precipicio del fracaso.
Después de alcanzar la cima sólo quedan dos opciones: permanecer o descender. Permanecer requiere una actitud vigilante, no confiada, humilde y trabajadora.

miércoles, 9 de marzo de 2011

EL BAILE DE LAS ABEJAS

Escuché hace tiempo una curiosa referencia al baile de las abejas… Es un dato
interesante:
¿Has escuchado alguna vez que las abejas tienen la capacidad de recorrer cerca de
 diez kilómetros en busca de flores en
las que aprovisionarse de polen para la 
fabricación de miel? 
Una vez que han localizado un prado 
florido, regresan a la colmena, sin 
desviarse ni  un metro. Allí reportan del
 hallazgo a sus compañeras. Lo hacen 
con lujo de detalles: mediante una 
curiosa danza conocida como el baile 
de las abejastransmiten toda la 
información, incluyendo distancia, posición y características del tesoro, para, a 
continuación, guiar a sus compañeras, con una precisión asombrosa, hasta el punto 
descrito. De ese modo se aprovisionan para seguir fabricando miel.
 ¡Que instinto tan prodigioso!
Resulta sorprendente que un insecto tan pequeño esté dotado de esa capacidad.
También resulta curioso comparar ese milagro de la naturaleza con la limitación de 
otro animal: la oveja. ¿Sabéis que las ovejas no pueden alejarse del redil ni siquiera 
cien metros? 
Si  una oveja se distancia, aunque sea un poco, del redil, ya no sabe regresar a él. Por 
eso precisa del pastor de forma constante.
Puedes sacar tus propias conclusiones. 
Por mi parte me quedo con la realidad de que debiéramos ser como abejas en la capacidad de compartir la dulzura e imitar a las ovejas en nuestra absoluta dependencia del Buen Pastor.

martes, 1 de marzo de 2011

¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?

Tres hombres estaban trabajando en la construcción de un edificio. Un observador, de esos qeu abundan en cada obra, se acercó y les preguntó: "¿Qué están haciendo?"
El primero, con clamorosa desidia y sin siquiera mirarle, respondió: "Aquí, poniendo ladrillos"
El segundo, levantando la cabeza y dejando por un momento la actividad, dijo: "Estoy construyendo un muro".
El tercero, feliz de su trabajo, con un brillo de determinación en la mirada y un toque de triunfo en su voz, respondió: "Estamos construyendo la iglesia de mi pueblo".

El secreto de la felicidad no radica en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace.
Visión es sentir el calor del hogar mientras se coloca ladrillo tras ladrillo al construirlo.

lunes, 21 de febrero de 2011

ERES CREACIÓN DE UN DIOS QUE NO SABE HACER RUINAS

Eres valioso, no lo dudes. Cuando Dios te diseñó quedó tan complacido que rompió el molde, diciendo: “Será una pieza única.”
No eres uno entre un millón, eres uno entre los seis billones de personas que pueblan el planeta tierra.
Cierta vez tuvo lugar una extraordinaria competición en la que, entre cuarenta millones de espermatozoides, uno sólo, concreto y determinado, fecundó en el único ovulo que una mujer, aquél mes y no otro, desprendió de entre los más-menos doscientos mil con los que inició la pubertad. ¿El resultado? Lo tienes enfrente cuando te miras al espejo.
Eres fruto de la fusión de dos elegidos entre miles y millones… resultado de la combinación de dos competidores invictos; corrieron y se alzaron victoriosos… Eres la mezcla de dos triunfadores.
Deja de compararte con otros y de codiciar sus talentos.
“Cometen una tontería los que se miden y comparan unos con otros” 2 Corintios 10:12 (DHH)
Pensamos de forma mezquina, como la rana en el fondo del pozo. Si saliera a la superficie tendría una visión muy distinta.
No hay personas sin recursos. Tan sólo hay estados mentales sin recursos. Decir que no sirves para nada es limitarte totalmente. Es castrarte, convertirte en eunuco o practicarte una auto-ablación cerebral.
      Henry Ford, el gran industrial del mercado de la automoción, declaró una gran verdad: “di que no puedes, di que sí puedes. En ambos casos tendrás razón.”
Bernard Shaw le dio la razón a su manera, al convertir en principio de vida la siguiente reflexión: “ves cosas que son y dices ¿por qué? Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, ¿por qué no?” 
(LUNES SIN MI VIEJO PASTOR. Derechos reservados)

miércoles, 16 de febrero de 2011

DEL RIO DE LA EXCELENCIA A LAS CLOACAS DEL PERFECCIONISMO


Recuerda la máxima de José María Gabriel y Galán: “Nunca es infinito el éxito ni perenne el fracaso”.
Una caída hacia delante puede ser un gran paso y una patada en el trasero un gran impulso hacia arriba. Sólo es necesario decidir convertir el menosprecio en trampolín
Los éxitos estimulan; los errores enseñan. Tu mejor maestro es tu último error.
Durante aquella infancia en la que fuimos grabando el disco duro de nuestra mente, nos escondieron la profunda  lección de superación y mejora que se esconde detrás de cada error. Nadie nos impartió esa asignatura: la  cultura del error. Y así crecimos, con un potente freno en el cerebro: el miedo a aceptar la equivocación.
De esto no está libre nadie; ninguna disciplina académica o profesional escapa a este peligro. Una enfermedad que está destruyendo valiosos talentos se llama “perfeccionismo.”
Desplegar nuestra profesión desde una expectativa perfeccionista y en extremo autoexigente nos hunde.
Es correcto, lícito y loable perseguir la excelencia, pero quien se enreda en un espíritu perfeccionista se vuelve  intolerante consigo mismo y con los demás.
El perfeccionismo siempre viaja de la mano de la frustración. Las altísimas expectativas son un atajo a la desilusión y al abandono. La búsqueda de la excelencia erige preciosos edificios en los que habitar seguros, pero la obsesión por lo perfecto cava tumbas donde yacer frustrados.
Busca ayudar sin asombrar, servir sin destacar y alumbrar sin deslumbrar.
Ante la oscuridad una sencilla vela es más efectiva que una explosión de fuegos artificiales tan asombrosa como efímera.
No busques asombrar, sino transformar.

jueves, 10 de febrero de 2011

UN ESCALÓN AL TRIUNFO; UNA PUERTA A LA VICTORIA...

SÉ CAPAZ DE PERDONAR Y TAMBIÉN DE PERDONARTE.- Es imposible avanzar arrastrando el peso del rencor. Actúa de grilletes en nuestras manos y cadenas en nuestros pies, anclándonos al suelo e impidiéndonos volar.
El sabio Aristóteles, aquel aventajado alumno de Platón nos advirtió de lo siguiente: “Cualquiera puede enfadarse, eso es muy sencillo. Pero hacerlo con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.
El odio es inútil y además muy peligroso. A quien te ofendió no le hará el más mínimo daño, pero agrandará tu propia herida de forma desmesurada. Odiar mata, pero no al odiado, sino al que odia.
Libérate del peso del rencor mediante la sublime tijera del perdón.
Durante un huracán son los árboles más rígidos los que se quiebran, la hierba flexible permanece.
Perdonar no es un sentimiento, sino una decisión. No esperes a sentir el perdón, simplemente otórgalo. Nunca es demasiado pronto para decidir hacerlo. ¿Dices que no sabes perdonar porque sigues recordando la ofensa? Perdonar no es olvidar sino recordar lo que te hirió y dejarlo ir.
Tendrás, también –y pon en esto toda tu atención-, que perdonarte a ti mismo.
Personas muy efectivas dejaron de serlo el día en que erraron y decidieron vivir el resto de sus días lamentando su error.
Eso mata a cualquiera.
Una equivocación sólo se convierte en falta cuando se persevera en ella.
Caer está permitido, ¡levantarse es obligatorio!
Para aprender… perder. Como me enseñó la magnífica profesora que impartía Lengua Española en mi escuela: “Herrando y errando se aprende el oficio”.
Autorízate a errar y cuando lo hagas reconócelo y aprende del fracaso; eso te hará  más fuerte y también más sabio.
Levántate cuando tropieces. Comienza de nuevo cuando te equivoques. Una persona fuerte es aquella capaz de sobreponerse a sus fallos, aprender de ellos y colocarse de nuevo en la línea de salida. Ni el primer triunfo significa victoria, ni el primer fracaso derrota.
Fracaso no es fallar, fracaso es no intentarlo.
No perderás la batalla por haberte equivocado, sino por no recomenzar

lunes, 7 de febrero de 2011

LAS DIEZ CAUSAS DE FRACASO EN EL LIDERAZGO

1. Incapacidad para organizar detalles.
Un liderazgo eficiente requiere capacidad para organizar y controlar los detalles. Ningún líder genuino está jamás “demasiado ocupado” para hacer cualquier cosa que se le pueda pedir en su condición de líder. Cuando un hombre, ya sea en calidad de líder o de asistente, admite que está “demasiado ocupado” para cambiar de planes, o para prestar atención a una emergencia, está admitiendo su incompetencia. El líder debe ser quien controle todos los detalles relacionados con su posición. Esto significa por su puesto, que ha de adquirir el hábito y habilidad de relegar los detalles a asistentes capaces.
2. Mala disposición para prestar servicios modestos.
Los líderes realmente grandes están siempre dispuestos, cuando la ocasión lo exige, a llevar a cabo cualquier tipo de labor que se les pida que hagan. Que “el mejor de entre nosotros será el sirviente de todos” es una verdad que todos los líderes capaces observan y respetan.
3. Expectativas de gratificación
Expectativas de gratificación por lo que “saben” y no por lo que hacen con aquello que saben. El mundo no paga a los hombres por lo que “saben”. Les pagan por lo que hacen, o impulsan a hacer a otros.
4. Temor a ser sobrepasado
El líder que teme que uno de sus seguidores pueda ocupar su puesto está prácticamente condenado a ver cumplidos sus temores tarde o temprano. El líder capaz entrena a sus suplentes en quienes pueda delegar, a voluntad, cualquiera de los detalles de su posición. Sólo de ese modo un líder puede multiplicarse y prepararse para estar en muchos lugares, y prestar atención a muchas cosas al mismo tiempo. Es una verdad eterna que los hombres reciben más paga por su habilidad para hacer que los demás trabajen, que lo que ganarían por su propio esfuerzo. Un líder eficiente puede, a través del conocimiento de su trabajo y del magnetismo de su personalidad, aumentar en gran medida la eficacia de los demás, e incluirlos a rendir más y mejores servicios que los que rendirían sin su ayuda.
5. Falta de imaginación.
Sin imaginación, el líder es incapaz de superar las emergencias, y de crear planes que le permitan guiar con eficacia a sus seguidores.
6. Egoísmo.
El líder que reclama todo el honor por el trabajo de sus seguidores está condenado a generar resentimientos. El verdadero líder no exige honor alguno. Le alegra ver que los honores, cuando los hay, son para sus seguidores, porque sabe que la mayoría de los hombres trabajarán con más entusiasmo por recomendaciones y reconocimientos, que sólo por dinero.
7. Intemperancia.
Los seguidores no respetan a los líderes intemperantes. Además, la intemperancia en cualquiera de sus diversas formas destruye la resistencia y la vitalidad de cualquiera que se deje llevar por ella.
8. Deslealtad.
Quizá esta causa debería encabezar la lista. El líder que no sea leal con su organización y con su equipo, con quienes está por encima de él y con quienes están por debajo, no podrá mantener mucho tiempo su liderazgo. La deslealtad le señala a uno como alguien que está en el nivel del polvo que pisamos, y atrae sobre su cabeza el desprecio que se merece. La falta de lealtad es una de las principales causas de fracaso en todos los terrenos de la vida.
9. Acentuar la “autoridad” del liderazgo.
El líder eficiente enseña mediante el estímulo y no intenta atemorizar a sus seguidores. El líder que trata de impresionar a sus seguidores con su “autoridad” entra en la categoría del liderazgo por la fuerza. Si un líder lo es de verdad, no necesitará anunciarlo, a no ser mediante su conducta, es decir, con su simpatía, comprensión y sentido de la justicia, y demostrando, además, que conoce su trabajo.
10. Insistir en el título.
El líder competente no necesita títulos para obtener el respeto de sus seguidores. El hombre que insiste demasiado en su título, generalmente no tiene mucho más en qué apoyarse. Las puertas de la oficina de un verdadero líder permanecen abiertas para todos aquellos que deseen entrar, y su lugar de trabajo está tan libre de formalidad como de ostentación.

Las 10 causas del fracaso en el liderazgo
1. Incapacidad para organizar detalles.
Un liderazgo eficiente requiere capacidad para organizar y controlar los detalles. Ningún líder genuino está jamás “demasiado ocupado” para hacer cualquier cosa que se le pueda pedir en su condición de líder. Cuando un hombre, ya sea en calidad de líder o de asistente, admite que está “demasiado ocupado” para cambiar de planes, o para prestar atención a una emergencia, está admitiendo su incompetencia. El líder debe ser quien controle todos los detalles relacionados con su posición. Esto significa por su puesto, que ha de adquirir el hábito y habilidad de relegar los detalles a asistentes capaces.

2. Mala disposición para prestar servicios modestos.
Los líderes realmente grandes están siempre dispuestos, cuando la ocasión lo exige, a llevar a cabo cualquier tipo de labor que se les pida que hagan. Que “el mejor de entre nosotros será el sirviente de todos” es una verdad que todos los líderes capaces observan y respetan.
3. Expectativas de gratificación
Expectativas de gratificación por lo que “saben” y no por lo que hacen con aquello que saben. El mundo no paga a los hombres por lo que “saben”. Les pagan por lo que hacen, o impulsan a hacer a otros.

4. Temor a ser sobrepasado
El líder que teme que uno de sus seguidores pueda ocupar su puesto está prácticamente condenado a ver cumplidos sus temores tarde o temprano. El líder capaz entrena a sus suplentes en quienes pueda delegar, a voluntad, cualquiera de los detalles de su posición. Sólo de ese modo un líder puede multiplicarse y prepararse para estar en muchos lugares, y prestar atención a muchas cosas al mismo tiempo. Es una verdad eterna que los hombres reciben más paga por su habilidad para hacer que los demás trabajen, que lo que ganarían por su propio esfuerzo. Un líder eficiente puede, a través del conocimiento de su trabajo y del magnetismo de su personalidad, aumentar en gran medida la eficacia de los demás, e incluirlos a rendir más y mejores servicios que los que rendirían sin su ayuda.
5. Falta de imaginación.
Sin imaginación, el líder es incapaz de superar las emergencias, y de crear planes que le permitan guiar con eficacia a sus seguidores.

6. Egoísmo.
El líder que reclama todo el honor por el trabajo de sus seguidores está condenado a generar resentimientos. El verdadero líder no exige honor alguno. Le alegra ver que los honores, cuando los hay, son para sus seguidores, porque sabe que la mayoría de los hombres trabajarán con más entusiasmo por recomendaciones y reconocimientos, que sólo por dinero.

7. Intemperancia.
Los seguidores no respetan a los líderes intemperantes. Además, la intemperancia en cualquiera de sus diversas formas destruye la resistencia y la vitalidad de cualquiera que se deje llevar por ella.
8. Deslealtad.
Quizá esta causa debería encabezar la lista. El líder que no sea leal con su organización y con su equipo, con quienes está por encima de él y con quienes están por debajo, no podrá mantener mucho tiempo su liderazgo. La deslealtad le señala a uno como alguien que está en el nivel del polvo que pisamos, y atrae sobre su cabeza el desprecio que se merece. La falta de lealtad es una de las principales causas de fracaso en todos los terrenos de la vida.
9. Acentuar la “autoridad” del liderazgo.
El líder eficiente enseña mediante el estímulo y no intenta atemorizar a sus seguidores. El líder que trata de impresionar a sus seguidores con su “autoridad” entra en la categoría del liderazgo por la fuerza. Si un líder lo es de verdad, no necesitará anunciarlo, a no ser mediante su conducta, es decir, con su simpatía, comprensión y sentido de la justicia, y demostrando, además, que conoce su trabajo.
10. Insistir en el título.
El líder competente no necesita títulos para obtener el respeto de sus seguidores. El hombre que insiste demasiado en su título, generalmente no tiene mucho más en qué apoyarse. Las puertas de la oficina de un verdadero líder permanecen abiertas para todos aquellos que deseen entrar, y su lugar de trabajo está tan libre de formalidad como de ostentación.

miércoles, 2 de febrero de 2011

UNA ESTRELLA CON LOS PIES EN EL SUELO

ENTREVISTA A COLIN FIRTH
(Globo de oro al mejor actor) 
El actor junto a su esposa
¿Por qué no se te ve en películas más importantes?
No soy tan desenfrenadamente ambicioso como debería serlo. Prefiero invertir más parte de mi tiempo en mi esposa y en mis hijos que en mi trabajo.
Al parecer, las mujeres te adoran.
Aprecio las sonrisas que recibo. Pero mi corazón está reservado para Livia, mi esposa. Si te propones ser un actor sensato, necesitas a tu esposa y a tus hijos para impedir que la cabeza se te vaya…
Así que no hay peligro de que todo eso se te suba a la cabeza.
Mis padres y otras muchas personas han trabajado duro por causas humanitarias. Ellos son auténticos héroes. No puedo tolerar la adoración sólo por el hecho de ser una estrella de cine.
Parece que tu mujer te apoya mucho.
Livia hace un trabajo extraordinario para mantenerme tranquilo y centrado. Me ayuda a sobrellevar los altibajos que los actores experimentamos cuando no conseguimos un gran papel. Está ahí cuando necesito llorar y siento pena de mí mismo. Ella me da un beso y el mundo vuelve a parecer bueno cuando mis hijos corren para abrazarme.