miércoles, 29 de junio de 2011

RÍE CUANTO PUEDAS

Aprende a reír todos los días porque la risa tiene propiedades curativas y es un don del cielo.
         Ignoro quien acuñó la siguiente frase: “No te tomes tan en serio la vida; al fin y al cabo ninguno saldrá vivo de ella,” pero sin duda fue alguien sensato.
Temo que un ardiente  viento de solemnidad, preocupación y ansiedad recorre las iglesias. Ese soplo ardiente está dejando a su paso una generación de líderes apesadumbrados que no  reflejan el gozo de la salvación.  
Arnold Glasgow declaró una gran verdad al decir: La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios.
Ríe cuanto puedas.
A esto te ayudará el mantener un adecuado equilibrio entre trabajo y descanso.
Cuida tu salud y práctica algún deporte. El servicio a Dios conlleva un gran desgaste mental y emocional que se verá aliviado con dosis regulares de actividad que te canse físicamente.
Dedicar parte de tu tiempo a cosas que te diviertan te protegerá de una sobrecarga de estrés.
Camina, corre, juega y ríe.
Un ocupado ejecutivo acudió a su médico cuando se sintió morir a causa de la ansiedad.
-          Recéteme algo –suplicó-, algún medicamento potente que me de serenidad.
El doctor se inclinó y escribió sobre un papel.
-          Esta es mi receta –le dijo, entregándole el escrito.
El paciente leyó: Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.
Seguro que conoces las siguientes palabras de Pablo Neruda: “El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.”
¿Quién nos ha engañado para que asumamos que servir a Dios implica tener siempre la cabeza saturada de proyectos místicos y planes religiosos?
¿Quién nos inoculó el error de que el siervo de Dios ha de llevar la preocupación cincelada en el rostro?
¿Quién convirtió en aparente verdad la mentira de que espiritualidad es sinónimo de constante seriedad?
¿Quién ha robado la alegría, la risa y el juego de la casa del siervo de Dios?
Dios ha tejido la vida con hilo de gozo y nos ofrece un catálogo inagotable de oportunidades de gozar.
Cuando el mundo te presente mil razones para llorar, demuéstrale que hay mil y una para reír.

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